Ansiedad
Escapa, la ansiedad es controlable
Tratamiento de la ansiedad
¿Ansiedad, angustia, crisis de pánico, estrés, fobias o miedos generalizados…quizá obsesiones, manías, pensamientos repetitivos…?
¡Deshazte de tu ansiedad…! Como psicóloga con experiencia quiero decirte que es posible ser libre de ella…
La ansiedad es una categoría que incluye una gran diversidad de síntomas y apartados.
A continuación, se describen los diferentes trastornos de ansiedad, si bien, se puede sufrir un síndrome ansioso, es decir, un conjunto de síntomas de ansiedad que no tienen porqué incluirse en cualquiera de las categorías diagnósticas que se definen a continuación, provocando sufrimiento en la persona que la padecen.
Clasificación de los trastornos de ansiedad:
¿Te identificas con alguno de ellos…? ¡Puedo ayudarte!
Los principales factores de predisposición son la genética y/o un condicionamiento educativo, es decir, la manera en la que hemos aprendido a afrontar las dificultades y a superarlas.
Crisis de angustia o "ataque de pánico":
Se caracteriza por la aparición súbita de síntomas de aprensión, miedo o terror, con una sensación de muerte inminente. Falta de aliento, palpitaciones, opresión o malestar torácico, sensación de asfixia y miedo a perder el control.
Agorafobia:
Aparición de ansiedad o comportamiento de evitación en lugares o situaciones donde escapar puede resultar difícil o bien donde sea imposible encontrar ayuda en caso de que aparezca una crisis de angustia o síntomas similares a ella.
Trastorno de angustia sin agorafobia:
Crisis de angustia recidivantes e inesperadas que causan un estado permanente de preocupación al paciente. El trastorno de angustia con agorafobia se caracteriza por crisis de angustia y agorafobia de carácter recidivante e inesperado.
Agorafobia sin historia de trastorno de angustia:
Presencia de agorafobia y síntomas similares a la angustia en un individuo sin antecedentes de crisis de angustia inesperadas.
Fobia específica:
Presencia de ansiedad clínicamente significativa como respuesta a exposición a situaciones u objetos específicos temidos, lo que suele dar lugar a comportamientos de evitación.
Fobia social:
Presencia de ansiedad clínicamente significativa como respuesta a ciertas situaciones sociales o actuaciones en público del propio individuo, lo que suele dar lugar a comportamientos de evitación.
Trastorno obsesivo compulsivo:
Obsesiones que causan ansiedad y malestar significativos y/o compulsiones que tratan de neutralizar dicha ansiedad.
Trastorno por estrés postraumático:
Reexperimentación de acontecimientos altamente traumáticos, síntomas debidos al aumento de la activación y comportamiento de evitación de los estímulos relacionados con el trauma.
Trastorno por estrés agudo:
Síntomas parecidos al trastorno por estrés postraumático que aparecen inmediatamente después de un acontecimiento altamente traumático.
Trastorno de ansiedad generalizada:
Presencia de ansiedad y preocupaciones de carácter excesivo y persistente durante al menos 6 meses.
Trastorno de ansiedad debido a enfermedad médica:
Síntomas prominentes de ansiedad que se consideran secundarios a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad subyacente.
Trastorno de ansiedad inducido por sustancias:
Síntomas prominentes de ansiedad que se consideran secundarios a los efectos fisiológicos directos de una droga, fármaco o tóxico.
La ansiedad se puede manifestar de tres formas diferentes: a través de síntomas fisiológicos, cognitivos y conductuales. Éstos hacen referencia a tres niveles distintos, los cuales pueden influirse unos en otros, es decir, los síntomas cognitivos pueden exacerbar los síntomas fisiológicos y éstos a su vez disparar los síntomas conductuales.
Estrés (del inglés stress, ‘tensión’) es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o que demanda un esfuerzo para el que la persona no cree estar preparada o ser capaz de afrontar.
El estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia, a pesar de lo cual hoy en día, habitualmente, se confunde con una enfermedad. Esta confusión se debe a que este mecanismo de defensa puede acabar, bajo determinadas circunstancias frecuentes en ciertos modos de vida, desencadenando problemas graves de salud.
Cuando esta respuesta natural se da en exceso se produce una sobrecarga de tensión que repercute en el organismo humano y provoca la aparición de enfermedades y anomalías patológicas que impiden el normal desarrollo y funcionamiento del cuerpo y mente humanas.